jueves, 29 de noviembre de 2012

La historia de España en 25 minutos

Para hacernos una idea de como fue el s.xx español y como está siendo el s.xxi

 


"Los pueblos que olvidan su historia están condenados a repetirla"

Alquiler o compra

Hace unos días leí un artículo de Isaac Rosa (en zona crítica) que me gustó mucho y con el que me sentí identificada, empezaba así:


"Durante muchos años yo era un tonto con piso alquilado y tú eras un listo con vivienda en propiedad. Y resulta que ahora, al cabo de unos pocos años, las tornas han cambiado: yo sigo en alquiler y tú con tu hipoteca, pero ahora yo soy el listo que no mordió el anzuelo de la burbuja, y tú el idiota que te dejaste atrapar y hoy te asfixias pagando una hipoteca por un valor muy superior al que ya nunca valdrá tu piso. Cómo ha cambiado la película.
Llevo viviendo de alquiler desde que me fui de casa de mis padres. Va para veinte años ya que pago rentas mensuales a sucesivos caseros. No, no voy a echar la cuenta de lo que me he gastado en alquileres en estos años. Mucho.
Lo curioso es que hasta hace pocos años eran otros los que me echaban esa cuenta: bastaba que uno dijese, en conversación con amigos, que vivía de alquiler, para que le mirasen con una sonrisilla compasiva, ay, pobre, de alquiler, tirando su dinero de esa manera, y a continuación me calculaban el dineral que estaba tirando a la basura para nada, e intentaban convencerme de las ventajas de pedir una hipoteca: sí, son muchos años, pero al final tienes algo que vender o que dejar a tus hijos"
Era así, tal cual cuenta, alquilar era tirar el dinero, era de gente poco lista, sin visión de futuro ...
Los listos compraban, que era "más barato"
Pero como cuenta Isaac Rosa, esto era mucho más que un tema de listos y tontos.

Os dejo el resto del artículo, que creo que merece mucho la pena:
No sólo eso: comprar era el negocio del siglo. No ya que no tirases el dinero a la basura como los tontos de alquiler; es que además era una lotería de premio seguro, la inversión más rentable posible. Recuerdo decenas de cuentos de la lechera de quienes, tras enseñarte su casa, te decían eso de: “la compré por 200.000, pero ya vale 300.000”; o “el metro cuadrado ya está en 4.000 euros en mi calle”; o “si la vendo hoy le saco el doble de lo que me costó”. Y no aceptaban objeciones, no te escuchaban si tú les echabas tus propias cuentas, si les preguntabas cuánto acabarían pagando realmente al banco si sumaban el precio inicial más los intereses generados a lo largo de tantos años; qué iban a escuchar de un inquilino bobo que cada mes tiraba un puñado de billetes al fuego. Además, la vivienda subiría por los siglos de los siglos, era metafísicamente imposible una caída de precios.
Y ahora, de repente, el discurso se ha dado la vuelta. Ahora resulta que el problema de España es que no alquilamos tanto como en otros países, que tenemos la manía de comprar y ser propietarios a toda costa. Y de repente, buena parte de los antaño listos que se hipotecaron son ahora presentados como ignorantes que se dejaron camelar por los cantos de sirena; que fueron irresponsables por aceptar cargas hipotecarias que acabarían aplastándoles; que han provocado problemas con su irresponsabilidad a la banca campeona del mundo, ahora lastrada por ladrillos invendibles y créditos morosos: y que además se arriesgan a quedarse en la calle, desahuciados, sin casa, y con la deuda de por vida.

martes, 27 de noviembre de 2012

'Las otras deudas' - Articulo de Carlos Taibo

Transcribo el artículo de Carlos Taibo, publicado en Revista 15-M, Noviembre de 2012

Nada descubro cuando afirmo que estamos delante de una genuina estafa. En su versión más reciente, esa estafa se vincula estrechamente con la palabra deuda. Aunque nuestros gobernantes parecen empeñados en subrayar que arrastramos un grave problema de deuda contraída por las diferentes administraciones públicas, la realidad es muy diferente: hasta hace bien poco más de las cuatro quintas partes de la deuda española correspondía a agentes privados, entre los cuales despuntaban con claridad inmorales entidades financieras. Sólo una pequeña fracción de la deuda privada había sido contraída, entre tanto, por las unidades familiares.

En el meollo de la estafa mencionada despunta, claro, una circunstancia más: asistimos a un inmoral proceso de estatalización de la deuda privada que está en el origen de recortes y agresiones contra derechos. En virtud de la decisión asumida por los dos grandes partidos españoles, los desafueros cometidos por los responsables de bancos y cajas de ahorro los tenemos que pagar todas. No está de más que, en este terreno, recuerde lo que debiera ser evidente: mientras nuestros gobernantes acuden presurosos a salvar la cara a las instituciones financieras, no actúan de la misma manera con las familias. Ahí está, para demostrarlo, ese dato espeluznante que nos habla de nada menos que 350.000 desahucios.

Conviene agregar, con todo, un par de observaciones más. Si la primera subraya que nuestros gobernantes rechazan orgullosamente cualquier fórmula que implique una auditoría seria de la deuda, la segunda anota que en paralelo se niegan a aceptar lo que muchas entendemos que es la clave de la cuestión: la inexorable necesidad de distinguir entre deuda legítima --aquella que es razonable pagar-- y deuda ilegítima --la que, al haber sido contraída en virtud de la especulación y del negocio más rastrero, hay motivos poderosos para rechazar--. Para cerrar el círculo, en fin, estamos obligados a certificar un dato sangrante que ilustra de manera fehaciente la condición de quienes nos gobiernan: no hay nadie en la cárcel, sea por efecto de la desregulación general acometida en el último decenio --si desaparecen las normas desaparecen también los delitos--, sea como consecuencia de la nula independencia del poder judicial.

De todo lo anterior hay que extraer lo que a mi entender es una conclusión obvia: sobran los motivos para rechazar el pago del grueso de la deuda y para hacer otro tanto con las faraónicas ayudas que las instancias que están en el origen de ésta --bancos y cajas de ahorro-- siguen recibiendo. Como sobran las razones para dar réplica rotunda a las agresiones que el capital ha decidido sacar adelante al amparo de una nueva ola de la lucha de clases que nos retrotrae a etapas que muchos pensaban definitivamente arrinconadas por la historia.

Me importa subrayar, eso sí, y ahora cambio de tercio, que la negativa a sacarle las castañas a bancos y cajas de ahorro debe acompañarse de una actitud bien distinta en lo que respecta a otras deudas que, olvidadas, éstas sí, conviene pagar. La primera de esas deudas impagadas lo es con las mujeres. Víctimas de una atávica marginación, tanto en el orden material como en el simbólico, padecen a menudo una doble explotación: la que se verifica en el ámbito laboral convencional y la que se hace valer en el hogar de la mano de una economía de cuidados que recae de manera casi exclusiva sobre sus hombros. Nunca está de más recordar que el 70% de los pobres y el 80% de los analfabetos existentes en el planeta son mujeres.

La segunda de esas deudas que debemos asumir lo es con la mayoría de los habitantes de los países del Sur. En este caso lo que se impone es el recordatorio de las secuelas, dramáticas, de siglos de expolio de la riqueza humana y material que atesoran esos países. No vaya a ser que en el Norte opulento acabemos por reconstruir nuestros
maravillosos Estados del bienestar a costa de ratificar atávicas relaciones de explotación y exclusión.

La tercera, y última, de las deudas que estamos obligados a considerar es la que tenemos con los integrantes de las generaciones venideras y, también, con las restantes especies que nos acompañan en el planeta Tierra. A unos y otras llevamos camino de entregar un planeta literalmente inhabitable, cautivados como estamos por los mitos del crecimiento, el consumo, la productividad y la competitividad.

Mientras rechazamos la deuda que nuestros gobernantes nos han endosado, hagamos por pagar estas tres onerosas deudas que cabo de mencionar.

viernes, 9 de noviembre de 2012

Jugada perfecta de la derecha, en Cataluña y en España

Como comentaba en otro post lo que esta ocurriendo en Cataluña puede ser una jugada maestra de la derecha, tanto catalana como española. La campaña electoral que comienza ahora se centrará desgraciadamente en el tema de la independencia o soberanismo, ese palabrejo tan de moda, en lugar de centrarse en lo que realmente preocupa a los ciudadanos, la situación económica, los recortes al estado del bienestar, la situación al limite en la que se encuentran miles de familias, la sanidad y la educación públicas, etc. Ayer salia en la prensa que el 30 % de los catalanes son ya pobres (http://www.eldiario.es/diarisolidaritat/pobres-solidarios_6_66903317.html) y que uno de cada cinco está en riesgo de engrosar dicha estadística pero ahora lo que importa es tener "fuerza" para luchar contra "Madrid", tener una "mayoria fuerte y suficiente" que luche por la independencia del pueblo catalán. Según las encuestas CIU puede conseguir la mayoria absoluta y el PP ser la segunda fuerza política en Cataluña, lo cual me produciria escalofrios, además de perplejidad (¿como es posible que un partido anti-catalán pueda ser la segunda fuerza en Cataluña? ¿como es posible que los dos partidos responsables de aplicar los recortes más brutales que se recuerdan al estado del bienestar sean los que salen beneficiados?).
La jugada es perfecta: No se hablará de los recortes que han llevado a cabo tanto CIU en Cataluña como el PP en todo el país, recortes todos ellos de corte ideológico, y recortes que no han llevado a cabo ni los socialistas ni el tripartito, que son quienes saldrán perjudicados. Si se confirma lo que dicen las encuestas la población catalana va a premiar a aquellos que les están haciendo sufrir, a aquellos que les quitan servicios y derechos, a aquellos que los oprimen. Un paisaje con CIU con mayoria absoluta y el PP como segunda fuerza mayoritaria en Cataluña seria como un sueño perfecto, orgásmico, de la derecha (catalana y española) para perpetuarse en el poder durante unos lustros. Me temo.

jueves, 8 de noviembre de 2012

Flipando con la tele pública (II)

Seguimos flipando con la televisión publica. El informativo regional de TVE en la Comunidad Valenciana, hace un par de dias, abrió el telediario hablando de las medidas de seguridad que se están tomando en un recinto donde próximamente va a haber un macroconcierto en Valencia, para que no ocurriera lo mismo que en el Madrid Arena. La siguiente noticia era referente a la visita del Ministro de Medio Ambiente y Agricultura a un centro de conservacion de especies animales en el parque natural de la Albufera. Estas eran, en opinión de la redaccion de informativos de TVE Comunidad Valencia, las dos noticias más importantes del dia. El mismo dia, por cierto, en que las farmacias de toda la región inician una huelga indefinida hasta que la Generalitat les pague los millones que les deben, y que está causando numerosos problemas y molestias a los enfermos y pacientes para poder conseguir algunos medicamentos. El mismo dia que habia manifestaciones de investigadores exigiendo que no se recorte en I+D+i, el mismo dia que...

miércoles, 7 de noviembre de 2012

Articulo sobre las cafeterias - comedores sociales de IKEA

LO QUE VAIS A LEER AQUÍ SI ES UN REPORTAJE PERIODÍSTICO HUMANO: Impresionante y triste lo de IKEA y estupendo el artículo atribuido a Angeles Caso (de HUMOR INDIGNADO)- Una idea clara del punto en el que estamos y la situacion de miles de familias en España.

Perritos a 50 céntimos, albóndigas a un euro... Personas en apuros recurren a las ofertas de Ikea para comer caliente. Un cliente: «Quien pasa hambre es porque quiere»
 -La mujer se plantó ante el mostrador de Puri, en la cafetería del Ikea de Murcia, al caer la tarde. En una mano llevaba un billete de cinco euros; en la otra, un repóquer de niños hambrientos. Pidió cinco menús infantiles: pasta, yogur y zumo a un euro por cabeza.
 - Cocinera, ¡échanos más macarrones, que tenemos hambre!-, aullaban los chavales.
 - Hágales caso. Ellos tienen hambre... y yo no tengo más dinero-, terció la mujer.
 La cocinera se conmovió ante la escena. Así que, disimuladamente, sirvió un cacito extra a cada niño. «Eso sí, la madre se quedó sin cenar», recuerda.
 La cafetería de Puri, como la de las 18 tiendas de Ikea en España, lleva meses a reventar. Y no sólo de clientes que toman un tentempié mientras amueblan la casa. También hay personas en apuros económicos que combaten el hambre con las ofertas de la empresa sueca. «Desde que empezó la crisis, esto es el no parar», resopla la cocinera.
 En Ikea se puede comer todo un día por sólo tres euros. De desayuno, café y un bollo: 50 céntimos. De comida, un menú infantil: un euro. De merienda, un perrito caliente: medio euro. Y, de cena, diez albóndigas con puré de patatas y salsa de arándanos: otro euro. Más barato que cocinar en casa.
 De ahí que hayan surgido auténticos expertos en exprimir estas ofertas. Como Israel, de 36 años, y Cecilia, de 28, que visitan dos veces a la semana el Ikea de Alcorcón (Madrid), a los que hoy se ha unido la madre de ella, María Luisa. Por sólo 5,80 euros, cenan los tres: dos raciones de albóndigas, tortitas con nata, más pan, café y refresco.
 El trío explota todas las rendijas del sistema. El café les sale gratis porque tienen la tarjeta Ikea. El refresco es rellenable, así que comparten un vaso entre todos. Y los días que no hay oferta de albóndigas, se contentan con el menú infantil. «Con eso cenas... Aquí quien pasa hambre es porque quiere».
 Así, algunos han convertido Ikea en una especie de comedor social. En el Ikea de Jerez, tres matrimonios con hijos cenan allí casi todos los días. Piden albóndigas más un refresco para compartir. Los días especiales, añaden un cucurucho de helado para los niños. La familia duerme con el estómago lleno por cuatro o cinco euros.
 «Ni McDonald´s puede competir con esto», coinciden Silvia y Rubén, dos inmigrantes mexicanos que cenan albóndigas y refresco de cola en el Ikea de Hospitalet. «Es bueno. Es barato. Y el lugar es cómodo».
 Cuando fundó Ikea, Ingvar Kamprad solía decir: «Un estómago vacío no compra muebles». Ahora, la crisis ha falseado esta sentencia. Cada vez más clientes utilizan el atajo semioculto que permite saltarse el laberinto de muebles y plantarse directamente en la cafetería. «Muchos sólo vienen a comer», confirman los sindicatos.
 En Ikea no facilitan estadísticas sobre este fenómeno. En cambio, sí que confirman que han modificado su política de precios por la crisis. «Este año hemos reducido los precios de nuestros productos de alimentación más vendidos para que todo el mundo pueda comer comida de calidad a buenos recios», dice Kevin Johnson, director del área de restauración de Ikea.
 Seis millones de perritos, 16 millones de albóndigas... Las cifras de ventas son colosales. En total, sus cafeterías facturaron 55,67 millones de euros el año pasado, un 23% más que en 2009. Y eso que han recortado sus precios, lo que significa que el volumen de comida que han servido crece todavía más.
 En Alcorcón, nada hace intuir esta tendencia. La clientela parece la de siempre: jóvenes que montan su primer hogar, familias cargadas de muebles... Pero, entre el gentío, se detecta a los que sólo han venido a comer. El jubilado que rellena el café tres o cuatro veces. El cuarentón que recicla un vaso de la basura para tomar un refresco gratis. Los clientes que remolonean hasta las 17:00, cuando entra en vigor la oferta de las albóndigas a un euro.
 En el Ikea de Badalona, por ejemplo, un hombre demacrado almorzaba todos los días dos perritos calientes y varios vasos de refresco.
 -Señor, que esto no es sano-, le decía la responsable del tenderete.
 -Ya, hija, pero no puedo permitirme otra cosa.
 Hace semanas que el cliente no aparece a su cita diaria. «Estoy preocupada», admite la camarera.
 De vuelta a Murcia, Puri recuerda a la pareja que pidió cuatro raciones de albóndigas: dos para comer en el momento, otras dos para un tupper.. O el matrimonio de ancianos que, avergonzados, le pidieron comida gratis. «Saqué dinero de la taquilla, me puse a la cola y les invité a cenar...», recuerda.
 «A veces, este trabajo te parte el alma».

Esclavos en el S. XXI


Parece mentira hablar de esclavitud en el S.XXI, pero la hay, y mucha: 27 millones de personas esclavizadas.

Como dice la autora de este video, Lisa Kristine: "Sorprendentemente, la esclavitud genera ganancias, más de 13.000 millones de $ al año en todo el mundo"

Y sabiendo que vivimos en un mundo en el que las palabras ganancia y dinero son las más importantes, nada nos puede sorprender